Había una vez un hombre muy sabio y listo, por lo menos así le parecía a él. Sabía hablar las hermosas palabras, eso fue su oficio, nada más sabía hacerlo - sólo ello.
Gozaba de gloria y respeto. Algunos lo escuchaban con la boca abierta, otros tenían su propio punto de vista pero callaban.
Algunos viendo lo fácil es ese trozo de pan empezaron imitarlo.
A los filósofos cada día aumentaba, uno ha sido más sabio que otro e incluso empezaron disputar entre sí.
Hasta que llegó el crisis, no sólo para los filósofos sino también para toda la gente. Alguna gente simple tenía su propia filosofía: trabajaban, ahorraban, vivían modestamente. Ellos también han notado la consecuencia del crisis pero estaban preparados.