Cuatro velas ardían despacio. El ambiente era tan suave. Casi se les podía oír hablar. La primera vela dijo: "Yo soy la paz. El mundo está lleno de ira y lucha. Nadie puede mantenerme encendida. Entonces, la llama de la Paz se apagó completamente." La segunda vela dijo: "Yo soy la fe. Ya no me necesitan. No tiene sentido que siga encendida. Y una frisa apagó suavemente la llama de la fe. " Con tristeza comenzó a hablar la tercera vela: "Yo soy el amor. La gente no comprende mi importancia. Simplemente me dejan de lado. Incluso se olvidan de amar a quienes tienen mas cerca" ... y sin esperar mas, la llama del Amor se desvaneció. De repente entró un niño en la sala y vio las velas apagadas "¿Por qué no estáis prendidas? ¿No se supone que debéis seguir hasta el final? Al decir esto el niño comenzó a llorar. Entones la cuarta vela contestó: "No tengas miedo, yo soy la Esperanza. Mientras siga ardiendo podremos prender de nuevo las otras velas.." La mayor de todas es el AMOR ... pero la llama de la esperanza nunca debe de desaparecer de tu vida ... Con Esperanza, cada uno de nosotras podrá vivir con Paz, Fe y Amor.
Anónimo
Anónimo
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LA CASA DE HUESPEDES
Esto de ser un ser humano
es como administrar una casa de huéspedes.
Cada día una nueva visita, una alegría, una tristeza,
una decepción, una maldad,
alguna felicidad momentánea
que llega como un visitante inesperado.
es como administrar una casa de huéspedes.
Cada día una nueva visita, una alegría, una tristeza,
una decepción, una maldad,
alguna felicidad momentánea
que llega como un visitante inesperado.
Dales la bienvenida y acógelos a todos ellos,
incluso si son un grupo penoso
que desvalija completamente tu casa.
Trata a cada huésped honorablemente pues
podría estar haciendo espacio para una nueva delicia.
El pensamiento oscuro, lo vergonzante, lo malvado,
recíbelos en tu puerta sonriendo e invítalos a entrar.
Agradece a todos los que vengan
pues se puede decir de ellos que han sido enviados
como guías del más allá.
incluso si son un grupo penoso
que desvalija completamente tu casa.
Trata a cada huésped honorablemente pues
podría estar haciendo espacio para una nueva delicia.
El pensamiento oscuro, lo vergonzante, lo malvado,
recíbelos en tu puerta sonriendo e invítalos a entrar.
Agradece a todos los que vengan
pues se puede decir de ellos que han sido enviados
como guías del más allá.
Poema Rumi